viernes, 7 de agosto de 2015

UN FUNERAL DE MUERTE (24/04/15)


Hace como ocho años que descubrí ésta película inglesa dirigida por Frank Oz y escrita por Dean Craig, y desde aquel momento tuve la imperiosa necesidad de llevarla al teatro. No sólo yo vi el potencial de ésta película, hasta Hollywood realizó un inecesario y soez remake tres años después de que saliera la versión original. He tenido que esperar mucho tiempo pero por fin he podido dirigir y presenciar como éste sueño se volvía una realidad. Una realidad que ha contado con el beneplácito del público cazorleño que acogió con mucho cariño el trabajo intenso de los actores que componían ésta obra de teatro tan coral. Cada uno de los actores y actrices, en su rol, dieron lo mejor de sí para robar sonrisas y carcajadas a todos aquellos que se acercaron al Teatro de La Merced de Cazorla dispuestos a darnos el "pésame".

La ilusión puede ser el mejor combustible para echar a andar una maquinaria teatral como ésta, pero cuando los típicos problemas se presentan (coordinarnos en los ensayos, trabajar todos por igual, implicarnos en igualdad...) sólo si creemos en las posibilidades de nuestro proyecto podemos seguir rodando ésa maquinaria para poder arribar al lugar donde nos planteamos. Sí a ello le añadimos el factor tiempo (factor que casi se convierte en nuestro peor enemigo pues es el año que más temprano hemos tenido que empezar a estrenar, concretamente un mes antes) entonces añadimos a éste esfuerzo el de tener que calmar nuestros nervios y ansiedad para no deslucir tanta entrega.

Así pues, aferrados a nuestra ilusión como un náufrago a su balsa de madera, llegamos al teatro para estrenar una obra que ya en los ensayos nos ha dado grandes momentos de esos que te hacen reír hasta casi quedar sin aliento. Esos momentos ayudaban a que no se deteriorara la ilusión a lo largo del camino y alentaban nuestros ánimos para darlo todo sobre las tablas del teatro. Y con la mochila cargada de momentos, risas y nervios nos plantamos en La Merced dispuestos a no rendirnos, a pesar de llevar aún con pinzas muchas cuestiones. Porque fueron en las últimas horas, antes de estrenar, cuando tuvimos que solventar varios problemas de la puesta en escena, que, entre otros, a mí me traían de cabeza.

Pues nada, minutos antes de empezar, para aplacar los nervios, salió casi todo el elenco a "desestresarse" improvisando con el público. Ese gesto fue como el pistoletazo de salida para una noche épica, con unos actores a los que sólo se les podría reprochar un poquito más de proyección en sus voces por que las interpretaciones estaban llenas de fuerza y energía, quizás alimentada de ese combustible al que llamamos ilusión. Con gran maestría resolvieron los problemas que se les fueron planteando metiéndose en el bolsillo paulatinamente al público asistente, envolviéndolos con un halo de esparcimiento que incitaba a la diversión e invitándolos a reír y olvidar todos sus mundanales problemas.

Quisiera aclarar una pequeña cuestión, un servidor asume los problemas de iluminación que a veces se plantearon, que, por supuesto, no empañaron en absoluto el tremendo talento que derrocharon éstos artistazos.

Yo siempre he sido muy reacio en mi vida a participar de funerales o actos de despedida (¡que paradoja), y sin embargo, ésta obra de teatro la repetiría hasta hartarme. No puedo olvidarme de esos momentos de carcajadas interminables que son nuestros, chicos, nadie nos los puede quitar, y nadie más los ha vivido más que nosotros. Sólo por eso somos unos afortunados. Sólo por eso puedo decir que soy un director agraciado con la ventura y el azar. ¡Que suerte haber vivido ésta experiencia!

Arcadio Chillón


AQUÍ TENÉIS ALGUNA DE LAS IMPRESIONES DE LOS ACTORES Y ACTRICES PARTICIPANTES DE LA OBRA DE TEATRO.

LUIS MIGUEL MORENO FORONDA interpretaba al Reverendo Davidson 

Pues mi experiencia en un funeral de muerte fue increíble. Me encantó hacer de cura, aunque al principio estaba supernervioso por si se me olvidaba el guión, por si no se me escuchaba bien, y como era nuevo, era mi primera obra y no sabia si lo iba a hacer bien, hasta que salí al escenario y vi a la gente mirándome, los focos alumbrándome y lo mejor, a mis grandes compañeros de teatro actuando conmigo. Me lo pasé muy bien haciendo mi papel, fue muy divertido aunque casi me cargara parte de la escenografía (menos mal que al final no me la cargué). Me encantaba escuchar a la gente reírse por las cosas que decía y hacia. Fue una gran experiencia que no olvidaré jamás, tampoco olvidaré a mis compañeros (que son los mejores) ni a una de las mejores personas que conozco, a nuestro gran director Arkadio. Si os soy sincero, ojalá y me hubiese apuntado antes, es una de las mejores experiencias que puede ver.



SARA FÁBREGA RUBIAS interpretaba el papel de Shannon

He participado en bastantes obras a lo largo de mis años en el taller, y cada una de ellas se ha llevado un pedacito de mi; y "Un Funeral De Muerte" no iba a ser menos. 

Nadie se libra nunca de esos nervios, minutos o incluso horas antes de una actuación, y nosotros viendo que ya se acercaba la hora no había quien nos sentara. A decir verdad, yo no sabía ni donde meterme, varios de mis compañeros se tiraban de los pelos, algunos daban vueltas por los camerinos, y otros se entretenían leyendo un libro (elegido para la obra) que estaba dando vueltas por el escenario. 
Cuando llegó la hora, y salimos para que nos dieran ese "pésame", fue como un suspiro para los nervios que teníamos dentro. Entramos un poco más tranquilos, cuando llega nuestro director, Arcadio, y dice "Chicos, os tengo que decir una cosa... Enhorabuena porque el teatro está lleno...". 
Tuve miedo antes de salir, pero a mis compañeros, a esta familia; la de "en las buenas y las malas", se les sentía que estaban ahí, y el miedo ya no estaba, desapareció como un soplo de aire. ¿Lo que pasó después? No me acuerdo de nada de la hora y cuarto que estuvimos encima de las tablas, de lo único que me di cuenta es que acabé riéndome a carcajadas, sin apenas ropa y con papel higiénico enrollado por encima.
El final fue como la montaña rusa, cuando acaba dices para ti, "¿ya? ¿se acabó?" Y fue el aplauso del público, verles levantarse del sillón para aplaudir lo que hizo que nos sintiéramos orgullosos de lo que habíamos hecho. Por eso, doy las gracias a esa gente, a mis compañeros de escenario, a los que están allí arriba tocando botones para que todo salga genial, y a nuestro gran director Arcadio, por darnos la oportunidad de representar este "funeral de muerte".


MARÍA PÉREZ DÍAZ interpretaba el papel de La tía Audrey

Esta fue mi primera obra y aun cuando me pongo a recordar todos los momentos noto como se erizan hasta los pelillos de la cabeza. Sin duda ha sido una experiencia imposible de olvidar, desde el primer ensayo hasta el ultimo aplauso que sonó esa noche en la Merced. Recuerdo todos los preparativos a primera hora de la tarde, y a nuestro director Arcadio mirándome, diciendo 'Mira si está cagada' y se reía, era verdad, pero conseguía sacarme una risilla.
Cuando me di cuenta era una abuela en camerinos y mis compañeros descargaban nervios fuera con el pésame. Fue en los minutos de antes de empezar cuando todos juntos nos dimos los ánimos y abrazos necesarios para darlo todo en las tablas, sabíamos la gente que había ahí afuera, pero en la primera carcajada del público entendí de verdad que lo importante era que todos (actores, público, técnicos...) disfrutáramos de esta pedazo de obra, y así fue.
Gracias a toda esta gran familia, por el apoyo, risas y todos los viernes y sábados de duro trabajo, también gracias en especial a nuestro director, Arcadio, que es el pilar de esta gran casa, el taller de teatro "La Tragantía".
¡Nos vemos en el teatro amigos!



ELENA CARAVACA SÁNCHEZ interpretaba el papel de Holly

Cada obra que he realizado en el taller ha ido generando en mi una serie de anécdotas y recuerdos que son imposibles de borrar por mucho que quiera. Con "Un funeral de muerte" se ha creado otra parte en mi muy especial.
El primer día que llegué otro año más al taller, cuando se presentaron los proyectos que se iban a hacer este año, supe que esta obra tenía que ser para mi. Fuera cual fuese el papel que interpretase sentí atracción por esta obra. Más tarde, hicimos la elección de personajes, y al igual que me había pasado con la obra, sentí predilección por el personaje de Holly. Para mi era un reto, porque yo aún sigo siendo algo tímida con algunas cosas y ese papel no era menos.
Cuando empezamos a leer el texto sentía que había elegido bien el proyecto con cada palabra que decíamos y estaba deseando empezar los ensayos. Cuando por fin lo hicimos, me convencí de que ese era mi proyecto ideal para el año que nos quedaba por delante.
Y por fin llegó el día del estreno. Los nervios estaban ahí desde que llegamos al teatro para empezar a ultimar las cosas y estábamos haciendo el pequeño pase técnico. Se hicieron aún más fuertes cuando llegó la hora de salir a recibir a la gente, pero con el calor que nos daban se hicieron más llevaderos. Una hora y cuarto después estábamos saliendo a saludar al público que ocupaba casi todo el teatro de La Merced y aún sonrío al recordar lo que pasó aquella noche en el escenario y la satisfacción que sentí.
Muchas gracias a todos los que han hecho posible esta experiencia, desde mis compañeros hasta Arcadio, sin el que nada hubiera sido posible.


A continuación os dejo con una selección de fotografías que no son las mejores del mundo porque la gran mayoría salieron movidas, no por el fotógrafo, sino porque los actores y actrices estaban "hiperactivos" y no había quién los parara. 

















































No hay comentarios:

Publicar un comentario