lunes, 10 de agosto de 2015

TOC² (Trastorno Obsesivo Compulsivo)² (01/05/15)


Pues éste también fue otro sueño cumplido, el de llevar al escenario el texto de Laurent Baffie que nosotros rebautizamos como TOC² (Trastorno Obsesivo Compulsivo)². Y digo que fue un sueño porque nos costó, creo recordar, que tres años poder hacerlo, desde que algunos compañeros visionaron su puesta en escena en Madrid y se ilusionaron hasta tal punto de hacerme buscar con ahínco el texto original. Incluso recurrimos a algún profesor de francés del instituto para que nos tradujera el texto original. Y algún compañero del taller también hizo el intento de traducirlo, ¿no es cierto? Lo que es una realidad es ésta puesta en escena totalmente femenina y personal de la que me siento muy, pero que muy orgulloso.

Lo que más me enorgullece es el reparto. Siete mujeres de armas tomar (Siete, qué numero tan mágico). Siete pedazo de actrices que pedían a gritos una comedia después de que buena parte de ellas se dejaran la piel en el escenario un año atrás representando el drama más comprometido que habíamos hecho hasta la fecha (Condenadas a la pena). Siete señoritas que hicieron una piña, envidia de grupo, unidas con lazos casi fraternales y dispuestas a luchar juntas por un proyecto en común. Ya el punto de partida es bueno, pero es que tenía que ser así, porque hacer reír al público, señores, es de los retos más difíciles a los que se tiene que enfrentar un actor. Y es difícil porque has de mostrarte en tu esencia, puro y transparente, y a veces el ridículo puede ser tu peor enemigo. Sólo si eres tan generoso puedes hacer una comedia clownesca pura y sin artificios. Y mis chicas lo consiguieron. Fueron generosas, trabajadoras, constantes y se prestaron al juego teatral para que el público disfrutara con la vulnerabilidad de ellas y sus personajes.

El trabajo de creación no estuvo exento de problemas, todo hay que decirlo. Lo primero era encontrar el perfil de los personajes, entenderlos, no juzgarlos, asimilarlos y empezar a enfundarse su piel. Arduo trabajo, máxime cuando éstos partían de enfermedades psicológicas tan especificas y tan lejanas a la realidad de las actrices. Pero fuimos, casi sin darnos cuenta ni ser consientes de nuestros logros, avanzando en éstos menesteres. Después llegó otro problema, asimilar un texto tan extenso y lleno de ritmo. Hasta el último momento estuvieron repasando a toda velocidad los textos para tratar de fijarlos con exactitud.

Pero finalmente no hubo impedimentos para tener un lleno máximo en el Teatro de La Merced y que todos y cada uno de los asistentes rieran a plena carcajada con la obra de teatro y el saber hacer de nuestras chicas. Por no impedir éste éxito, no lo impidió ni la inoportuna deformación de las patas de una de las sillas en escena que casi hacen que una de las actrices besara el suelo que el toc de su personaje impedía que tocara.

La verdad es que recuerdo esta obra con alegría, técnicamente la disfruté porque apenas tuvimos problemas. Era como un espectador más que de vez en cuando pedía un cambio de iluminación o ponía alguna pista de sonido. Disfrutaba y reía con los chistes que ya había escuchado cientos de veces, pero que me parecían nuevos gracias al derroche de energía que ponían mis chicas en ellos. Y tengo que reconocer que hasta me sobrevino algún ataque de risa plagado de carcajadas con las improvisaciones que se marcaron éstas bellezas.

Hemos de agradecer el apoyo de mucha gente. Eso siempre. Que suerte tenemos,eh. Pero aquella tarde de estreno, en la que casi estaba yo más nerviosos que las actrices, tuve la impagable ayuda de Asier Soria, antiguo alumno y ya actor de profesión, que terminó de unir a las chicas para afrontar su propósito común y de trasmitirles confianza y tranquilidad. ¡Gracias Amigo!

Probablemente los lectores de éstas líneas piensen que todo son alagos, pero poco les puedo reprochar, más bien tengo que agradecerles, que aunque empezáramos tarde casi siempre los ensayos siempre me hacían agradable la mañana de los sábados, que tan difícil era afrontarla cada semana. Y sí, claro que hay cosas que no se hicieron del todo bien, pero resulta que en mi recuerdo sólo está lo bueno. Que se le va a hacer. Prefiero quedarme con este agradable sabor de boca.

¡Enhorabuena chicas!

Arcadio Chillón 


AQUÍ OS DEJO LAS IMPRESIONES DE ALGUNA DE LAS ACTRICES QUE PARTICIPARON DE LA REPRESENTACIÓN

CRISTINA RODRÍGUEZ interpretaba el papel de Fedra


Último año de instituto, último año de teatro.
Cuatro años que se han pasado en un abrir y cerrar de ojos. Cuatro años de los cuales no cambio por nada.
Recuerdo el primer día, cuando nos teníamos que subir al escenario para presentarnos. Yo allí muerta de vergüenza, donde todos me miraban, pero gracias a un profesor y compañeros geniales, lograron que fuese yo misma. 
Mucha gente dice que "el teatro es una tontería". Puede serlo para el 90% de las personas, pero el 10% que queda, disfrutamos al máximo, donde te puedes expresar ante los demás y sorprender al público. De perder el miedo, la timidez, ser totalmente tú, sin miedo al que dirán.
A la hora de actuar, hemos soportado cosas de todo tipo: ataques de risa en mitad de una obra, quedarnos en blanco durante unos segundos, mujeres del público que reían como si fuesen gallinas, y claro, eso favorecía la risa entre los actores, o justo 5 min antes de salir a actuar, que los nervios empiecen a invadir tu cuerpo y te de por vomitar y decir "Arcadio, que estoy muy mala". Por si os preguntáis que a quien le paso eso, pues...si señores, fui yo; en mi defensa he de decir que me costó muchísimo aprenderme mi monólogo y los nervios devoraban mi interior, caídas en mitad del escenario. O que a 3 días del estreno decir "Arcadio tengo un problema, me duele la rodilla y apenas puedo andar" (si lo que no me pase a mi, no le pasa a nadie, queda demostrado).
Ensayos que se hacían eternos, papeles bien aprendidos en el último ensayo (apréciese cierta ironía), regañinas por estar dando voces la tarde que estrenábamos, viernes a las 4 de la tarde y madrugones a las 10 de la mañana los sábados, donde mas de uno se dormía (Nerea ejem). Broncas por ir al Covirán a comprar cuando no debíamos, los "Tranquilos chicos, estamos en familia" que tanto temíamos escuchar, abrazos colectivos...
He de agradecer a Arcadio todo lo que ha hecho por todos y por mi. Por ser mi taxista continuamente, por esos consejos que das, por sacarnos una sonrisa de oreja a oreja, por ser simplemente tú. Que todo lo que te queremos ya lo sabes de sobra.
Acaban unos años maravillosos, donde cada uno empieza una nueva etapa de su vida, pero esos años serán imposibles de olvidar
Os echare muchísimo de menos.
Porque esto no es un adiós, es un ´HASTA PRONTO`
*ABRAZO COLECTIVO VIRTUAL*
(OSCURO)


Y aquí tenéis un amplísimo reportaje de fotos de la representación, con un centenar de instantáneas. (Paciencia mientras se cargan) Gracias Pedro Muñoz. 








































































































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