jueves, 18 de septiembre de 2014

CONDENADAS A LA PENA


Hay experiencias duras en la vida, pero que a la vez marcan y mucho. Ese es el caso de CONDENADAS A LA PENA. Fue el último proyecto que mostramos en nuestro Ciclo de teatro el pasado 20 de Junio, y también fue el último proyecto en elegirse. Antes de tomar la decisión de contar esta historia andábamos sumergidos en la creación de un espectáculo propio de personajes al límite. Al leer el texto de "Presas" de Ignacio del Moral y Verónica Fernández nos dimos cuenta de que estábamos también delante de una historia de personajes al límite, y finalmente decidimos vivir la adaptación de ese texto.

CONDENADAS A LA PENA es una historia que narra la vida y miserias de un puñado de mujeres presas cumpliendo condena en un penal regentado por religiosas en la España de la posguerra. Todas esperan con ansia la celebración de San Perpetuo, para la cual, el Obispo va a conceder el indulto a una de ellas. En su desesperante espera, descubrimos el alma y vida de mujeres atormentadas, que malviven en condiciones infrahumanas y sometidas al cumplimiento de una serie de normas morales impuestas por las religiosas que regentan el penal. Todas y cada una de las reclusas viven experiencias desgarradoras, y todos los personajes, en general, tenían mucho que decir. Por eso, nos lanzamos a vivir esta experiencia.

Una mañana de sábado, a mediados de diciembre hicimos la primera mesa italiana con parte del elenco final, y cada escena que avanzábamos nos enganchaba la historia más y más. Encontramos cierta similitud en la historia de "La voz dormida" el libro de Dulce Chacón que luego fue película de la mano de Benito Zambrano, y en cuyo guión trabajó el coautor de esta obra de teatro.

Al proceso de creación no le faltaron momentos de ponernos los pelos de punta, ni tampoco estuvo exento de dificultades, ya que es el drama más duro al que nos hemos enfrentado en los cinco años de vida de nuestro Taller de teatro. Pero claro, ¿quién no se conmueve con la historia de una embarazada encerrada por amar a otro hombre que no es su marido? O con la historia de una mujer maltratada por su marido que entró en la cárcel por defender su vida, entre otras.

La verdad es que la experiencia ha sido dura, difícil pero emocionante como pocas. Hemos hallado parte de nosotros mismos que no sabíamos que podíamos explotar. Hemos hecho una búsqueda de emociones a la antigua usanza, huyendo de los "modernos métodos" o "interpretaciónes Stanislavsquianas" que deforman el método hacia un psico-drama que duele, para encontrar el panel de control que une nuestro cuerpo y las emociones, para sentir, explicar, pero sobretodo, comprender los estados emocionales por los que pasaban todos y cada uno de los personajes con cuya piel nos hemos atrevido a vestirnos. Y el resultado ha sido inmejorable: una noche mágica, un progresar de escenas sublimes, redondas en su forma y su interpretación, y repletas de verdad en la piel de unos jóvenes actores que dieron todo y más por un proyecto que no nos cansamos de decir que fue precioso.

La puesta en escena, además de un intenso trabajo interpretativo, conllevo un esfuerzo por vestir mínimamente una escena tan fría y tan desnuda como lo el sentir de los personajes. A pesar de que acabó por continuar casi desnuda, apenas se vistió con una valla metálica a modo de frontera entre el bien y el mal, que pretendía evocar, salvando las distancias, por supuesto, a otras construcciones humanas divisorias como la valla del Melilla o el muro de Berlín.

Aquel caramelo amargo creemos que supuso el paso más amplio, teatralmente hablando, que dimos en nuestro aprendizaje. El público asistente acogió fenomenalmente nuestra propuesta e incluso vibró al mismo son, con el mismo palpitar que nosotros encima de las tablas del teatro. Y conste, que no es de agrado regocijarse en mostrar las miserias humanas. También hay que dejar claro que con la obra no pretendíamos aleccionar a nadie, ni inculcar ningún tipo de mensaje, ni ningún otro propósito que cualquier mente retorcida pueda pensar. Sólo quisimos contar una historia conmovedora que nos estremeció desde el momento en que la conocimos.

Ya han pasado algunos meses, y todavía tenemos en la boca el regusto de ese caramelo amargo. Queremos volver a disfrutarlo, y estamos seguros de que volveremos a hacerlo. Hoy sólo nos queda el recuerdo y unas cuantas maravillosas fotos que compartimos con vosotros por aquí. Bueno, nos queda eso y el tacto en nuestros corazones de Paquita, Mari Cruz, Teodosia, Hortensia... Aún suenan los ecos de las voces de todos ellos, alguna voz rota que canta nanas entres lágrimas, algunos suspiros que llenan el aire del recuerdo de familiares a los que no poder decir adiós, el silencio cortante interrumpido por palabras evocadoras que echan de menos la figura de un ser amado, los sollozos del dolor del látigo cruel de la injusticia, las palabras quebradas de la locura de ser madre sin recursos, incluso el cantar forzado de plegarias religiosas, el grito del poder que habla en nombre de Dios o la voz de quien se cree con potestad de imponer justicia divina... Todos esos recuerdos se mecen hoy al compás de las caricias, en forma de evocadoras palpitaciones, que apaciguan nuestras ganas de remembrar lo vivido al experimentar esta obra de teatro y que no dejarán que nuestro recuerdo se apague, aunque sólo sea por acordarnos de todos aquellos que sufren el azote de la mano cruel de la injusticia humana, de todos aquellos que viven o han vivido condenados a la pena...