sábado, 7 de noviembre de 2015

DE COMO HAY NUEVAS ETAPAS Y SIEMPRE LAS HABRÁ.

"¡Señoras y señores, bienvenidos al teatro!", normalmente se suele empezar así, y nos encanta poder anunciarlo a pleno pulmón.

Porque... ¡Estamos de vuelta! Después de estos meses de despedidas y adiós, hemos vuelto. Muchos de los de siempre, y los que no, siguen asomando la cabecita por nuestro lugar de ensayo. Además de que ya tenemos a las nuevas caras que han entrado con la ilusión con la los "viejos"; como nos solemos decir, nos identificamos plenamente y es lo que nos hace recordar aquella primera vez que entramos por la puerta sin saber que nos podíamos encontrar dentro.

Como ya sabrá la gente, o sino lo volvemos a repetir, Ana Vilches será la encargada de guiar a este grupo de "teatreros" durante este año. Estamos como locos, ya que empezamos las clases hace solo unas semanas, y los primeros días no sabíamos como podía ser trabajar con otro director. La experiencia ha sido increíble y estamos deseando mostrar al público de Cazorla como nos las gastamos después de este tiempo con ella. 

Unas de nuestras primeras clases de Impro

Las propuestas este mes han ido creciendo, tanto que ya tenemos en el baúl un pequeño proyecto que estamos desarrollando con más ganas que nunca, y con ese compañerismo que siempre le damos tanta importancia en este taller. Así que ya tendréis noticias nuestras pronto.

Este mes también hemos tenido numerosas visitas, como antiguos alumnos (que algunos se han animado a participar en nuestros juegos) y también visitas inesperadas, como la de nuestro antiguo director Arcadio Chillón, que nos dio una pequeña charla sobre su nueva etapa en Málaga en sus estudios de dirección escénica. También como no, de seguir enseñándonos más teatro del que hemos aprendido con él estos años. Además, hoy mismo hemos tenido la visita del actor Antonio Esquinas, que nos ha estado hablando de la carrera cinematográfica que lleva a cabo, y algunos aspectos de esta. 

 Antonio Esquinas charlando con los alumnos del Taller
Arcadio hablando de la experiencia en Málaga

 Estamos en estado de euforia, y deseando empezar nuevos proyectos, porque el teatro es vida, y la vida es un teatro. Nos despedimos deseando ¡Mucha mierda! (como se suele decir en este mundillo) a todo el mundo y, nos vemos por los escenarios.

A continuación dejamos algunas fotografías de las clases recientes que hemos tenido:

 Ana dando correcciones a los alumnos

 Nuestro calentamiento
Recogida de nuevos textos

martes, 15 de septiembre de 2015

MI CAMINO A ÖZ




Hay muchos lugares que caminar, hay muchos destinos a los que llegar, muchas cimas que alcanzar y mucho por recorrer. Por eso no es extraño que un buen día te inviten a iniciar un mágico camino a tu particular Öz. Una propuesta que a la vez que es algo inusual, también puede ser una lección magistral casi sin que se lo hayan propuesto los organizadores del viaje.


Es lo que me ha ocurrido hace poquito. Fue hace unos días cuando acabábamos nuestra ya casi habitual convivencia anual entre los componentes del Taller de Teatro “La Tragantía” en un paraje sin igual y con la amabilidad de sus trabajadores presente en éste disfrute de amigos allí en el Aula de la Naturaleza de Cazorla. Cuando en mi mente rondaba aquello de “se acabó”, mis chavales del taller, esos segundos familiares, me tenían reservada una sorpresa increíble. Una de esas cosas que te hacen darte cuente de cuán afortunado eres en la vida. Me invitaron a viajar a mi particular Öz. 


Tal experiencia viajera comenzaba con la búsqueda de pistas y visita a aquellos lugares que durante seis años han sido sede y testigo de trabajo y esfuerzo aunado al mismo tiempo. Esos lugares en los que no reparamos, pero que cuando te bajas por unos segundos de la agitada noria de la vida entiendes que son especiales tan sólo por haber sido diócesis de momentos singulares que se han quedado ya retratados para la eternidad en ese cajón donde guardamos por siempre nuestros recuerdos.  


Y es que cuando se abre ese cajón mágico de la memoria, se despiertan en nosotros los cinco sentidos y se afilan como lápiz los más puros sentimientos. Olores, abrazos, sonidos, todo en tono evocador empezaba a transformar mi persona desde los pies (en donde calzaba mis habituales y cómodos zuecos negros de goma que poco se asemejan a los zapatitos corales de Dorothy en la mítica película) hasta el último folículo capilar de mi cabeza. 


A lomos de mi utilitario (¡qué épico suena!), dos duendecillos me indicaban el camino mientras la magia de las hadas hacían de las suyas en la particular ciudad de Öz que sería nuestro destino final. Pero antes de alcanzar ese destino, una parada obligada en mi casa, con mi familia, aquella tantas veces relegada al segundo plano por culpa de mi “adicción cultural”. Una obligada, necesaria y merecida parada que tengo que agradecer. Y en representación de la familia, mi madre, ese ser generoso que me dio la vida entre tanto esfuerzo y dolor y a la que pocas veces le he expresado mi agradamiento por tan magnánimo esfuerzo. 



Y después de ésta gratísima sorpresa, recta final hacia la fantasía del Teatro de La Merced, destino final, alfa y omega de tanto en mí, mi principio actoral y éste final temporal de una etapa que da paso a otra cargada de ilusiones. Plantado ya en la puerta de La Merced, allí en ese particular Öz me asalta una pregunta ¿qué le pido al mago? Y antes de encontrar respuesta mi propios deseos quedaros satisfechos: familia, amigos, emociones, recuerdos y cariño, todos en un cóctel de sabor agridulce que saboreé como pocos preso de las más gratas emociones que puede sentir un ser humano. Dichoso como pocos, me dediqué a reproducir una palabra que resonaba y hacía eco constantemente en mi cabeza ¡Gracias!


Finalmente el mago me dotó de la fortuna, el mejor de los regalos, la dicha de saber que no me hace falta más que lo que tengo a mí alrededor, personas cargadas de humanidad, cariño y amor. Fui testigo de cómo tu trabajo puede darte la mejor recompensa que haya, la amistad, y ante esto no hay remuneración económica con la que puedas ser pagado. Tan ñoño como se puede estar en un momento así agradecía desde lo más profundo de mi alma el poder sentirme tal, y hoy repito incansable esos agradecimientos, y los gritaré al viento tanto como me sea posible, especialmente cuando no me sienta así, con tal de que el recuerdo me haga rememorar éstos momentos para acordarme que algún tiempo fui el más feliz de los humanos. 



Es curioso como un video cargado de palabras halagadoras puede hacerte sentir que, además de despertar en ti muy buenos sentimientos, te recuerde que el vestuario del personaje que habitas todavía tiene muchas taras y remiendos que hacer para ser mejor, pero que si alguna vez me falta hilo, aguja o parches con los que remendarlo tan sólo he recurrir a ell@s para zurcir, coser y enmendar cualquier agujero que se produzca. Y es que me he pasado los últimos años reescribiendo e inventado la vida de muchos personajes, sin reparar que aquellos que me han acompañado hasta Öz, aquellos que me rodean, sin ser conscientes, estaban escribiendo la vida del mío, mi personaje. 


Agradecido por todo, antes de comenzar otra andadura, otro camino, quiero dar las gracias a todos los que me han acompañado y disculparme si alguna vez no se he sido el mejor de los compañeros de viaje. Hoy sólo me quedo con los buenos recuerdos, porque los malos ya están en el taller terminando de pulirse. Sé que han de venir muchas nuevas aventuras. Gracias a todas las entidades, asociaciones, instituciones y personas que han hecho posible que mi trabajo luzca y se perpetúe en la eternidad. Larga vida al Taller de Teatro “La Tragantía”. Os llevo dentro a tod@s



Mucha mierda y muchos éxitos a Ana Vilches y a todos sus teatreros. No había mejor testigo al que dejar mi legado. Me voy, pero sigo cerca para lo que necesitéis, porque quiero vuestra compañía en mi camino. 

¡Mucha suerte!





Arcadio Chillón

jueves, 20 de agosto de 2015

LA SANTA DE TU MADRE (12/06/2015)



La vida son etapas, un constante ir y venir, el devenir de ciclos que giran y giran, que empiezan y acaban... Por eso, casi pongo punto y final a mi etapa en el Taller de Teatro La Tragantía con este proyecto "La santa de tu madre" el mismo título con el que empezó todo hace ya seis años.

"La santa de tu madre" es el primer texto teatral que escribí íntegramente. Los personajes están elegidos por los actores y mi mente "perversa" entrelazó sus vidas para crear una historia divertida, conmovedora y cotidiana. Cualquiera puede empatizar con los personajes. Todos en su cercanía tienen o conocen a alguien que se les asemeje, siempre guardando las distancias de realidad y ficción... la realidad siempre es más impactante.

Pues seis años después de su estreno en el salón de actos de nuestro instituto he tenido la suerte de encontrar un elenco fabuloso que le diera vida de nuevo a ésta fantasía hecha texto. Un elenco lleno de juventud, porque hay actores y actrices muy jóvenes, pero llenos de energía, ganas y compromiso. Su ilusión, su unión y su empeño en darlo todo han superado los escollos con que nos hemos encontrado este años, entre otros la espantada de quienes buscan farándula "gratuita" en vez de trabajo actoral. No hay obstáculos que los frenen, ni los habrá.

Comenzamos con la lectura del texto y empecé a sentir por sus risas que habíamos elegido bien, aunque reacciones hubo para todos los gustos. Iniciamos los ensayos y me reafirmé en la buena elección del elenco que había hecho, salvo con algún inevitable error, que como todo en la vida, se subsanó con la llegada de refuerzos... ¡Y qué refuerzos! La verdad es que ésta tropa que veis aquí abajo son unos valientes, que se "denudaron" para mostrar la verdad más pura del clown casi sin saber lo que hacía. Caminaron con ojos vendados a la más pura esencia de la comedia en un generoso gesto de hacer feliz al respetable. Y lo hicieron con mucho esfuerzo, muchas horas de trabajo y, repito, con un compromiso fiel y sincero.



Como siempre digo, no todo camino es un jardín de flores. Ha habido baches que esquivar y en ocasiones nos hemos encontrado de bruces con incomprensibles situaciones que la lógica del corazón resolvió al instante. Creativos, soñadores con gran conciencia del compañerismo y potencial artístico son algunos de los apelativos que seguro pasaron por la mente de quienes se acercaron a ver la obra al Teatro de La Merced. Y como siempre, yo asumo mis errores. Si algo falló ese día fue mi texto, ese texto que pronto revisaré con profesionales para que no empañe más el buen hacer de los actores.

Ellos son el omega de un alfa al que hoy tengo que aludir, porque sin ellos hoy no acabaría lo que empezó con tanta ilusión. A ambos dar las gracias. Y al resto que pasaron por aquí también. ¡Uy, ésto suena a despedida y aún no es el momento! Disculpar que se cuelen estás líneas pero es inevitable que ocurra porque esta obra empezó y casi cierra un ciclo.

La verdad es que no sé que más destacar de la obra, porque yo creo que fue impecable el trabajo de los jóvenes y si me pusiera a hablar individualmente de ellos no acabaría esta entrada sin alabar el esfuerzo que hicieron. Recuerdo que semanas antes de mostrar la obra ya estaba preparada para ser vista gracias a la entrega que pusieron en ella. De alguna manera ésto resume lo que decía anteriormente. Por ellos, como ya lo hice en el teatro al finalizar la obra, sólo pido desde éstas líneas que no dejen sin ilusión a éstos creativos jóvenes. Que los organismos o instituciones pertinentes se acuerden de las actividades extraescolares lúdicas y culturales al igual que lo hacen de las deportivas. Que escuchen las necesidades de unas voces que se hacen más presentes si están encima de un escenario, porque parece ser que a pie de calle se les escucha menos. Y a los benditos padres y madres, igual: luchar porque a vuestros hijos no les falte el momento de invertir sus ilusiones en actividades de provecho para evitar que sus vidas se vuelvan vanas y vacías, en las que sólo esté presente el hastío o las consecuencias de éste. Éstos chavales saben lo que quieren porque lo han experimentado, pues dárselo.

Y por mi parte, sólo pedir perdón. Perdón porque me siento como un "camello", como un "yonkie" del teatro, de la escena, de la creación... que he suministrado durante un tiempo esta droga a unos jóvenes impulsivos e inquietos, y hasta he conseguido enganchar a más de uno. Perdonadme, de verdad. Y si algún día alguno encuentra la manera de desengancharse, por favor, no me la contéis, ni la compartáis conmigo. Prefiero seguir sumido en éste éxtasis con constantes alucinaciones hasta el día en que me tenga que despedir definitivamente. Por eso dejadme que siga en mi dependencia "chutándome" las grandes dosis de éste estupefaciente que mi cuerpo y mi mente reclaman ahora.

Os llevo el corazón y los recuerdos los guardo en mi memoria, aquella que nadie nunca me podrá arrebatar. Como una vez me dijo la gran Blanca Portillo: ¡Nos vemos en los escenarios!

Arcadio Chillón   


Os dejo unas fotografías de la representación que pueden dar cuenta ínfimamente de lo bien que lo hicieron, pero que no suple, en absolutos, la fuerza de vivir la experiencia en el instante en que se representó.