sábado, 4 de noviembre de 2017

Carta II: Xavier

Concibo este blog como un álbum de memorias. Vamos a volver a comenzar un curso nuevo y tenemos entre manos dos obras míticas, una de ellas es un musical. Sin querer desvelar nada todavía, quisiera hablar de la verdad que hay en este taller.

Porque puedo decir que subirse al escenario es mágico y que venimos con fuerza; pero no se queda ahí. Subirse a un escenario no es lo mismo sin vosotros, mis teatreros.

Desde que comenzamos este viaje nos hemos ido haciendo más fuertes, hemos mejorado, hemos madurado y hemos, sobre todo, aprendido. Bien es cierto que desde la marcha de Arcadio (nuestro exdirector) nuestro T3 ha perdido bastante fuerza, pero siempre viene bien un cambio de aires, ¿no es así? Nuestra Vilches, quizá, haya conseguido enseñarnos cosas que nadie más podría habernos enseñado, ni siquiera el mejor director que se te pueda venir a la mente en este preciso instante, lector.

El curso pasado fue difícil. Extremadamente difícil. Pero, ¿sabes qué? Este año hemos comenzado con algo que quizá extraviamos en el camino tiempo atrás: sinceridad. Somos un grupo, ¿de acuerdo? Una familia que no pienso perder. Y con las nuevas caras y las ya antiguas podemos hacer cosas, no diré grandes, pero sí diré únicas, sí diré diferentes, sí diré mágicas.

Falta poco para cerrar el reparto del musical y hay nervios, el casting será el próximo viernes 10 de noviembre. Luismi se ha presentado a seis personajes. Es algo difícil, y ya estamos pensando absolutamente todo para el día del estreno. No cabe decir que estáis invitados a asistir a ambas funciones.

Xavier Fábrega

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